miércoles, mayo 15, 2013

Amelie grita con emoción detrás del mostrador:
¡74!
y  repite, ¡74!
y nadie contesta.
Yo la escucho y pienso en una luna,
una medialuna,
en un eclipse,
en una cana.

Pensar - gritar- es un tiempo
que siempre devuelve 
un vacío negado, 
una ceniza.

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