Amelie grita con emoción detrás del mostrador:
¡74!
y repite, ¡74!
y nadie contesta.
Yo la escucho y pienso en una luna,
una medialuna,
en un eclipse,
en una cana.
Pensar - gritar- es un tiempo
que siempre devuelve
un vacío negado,
una ceniza.
¡74!
y repite, ¡74!
y nadie contesta.
Yo la escucho y pienso en una luna,
una medialuna,
en un eclipse,
en una cana.
Pensar - gritar- es un tiempo
que siempre devuelve
un vacío negado,
una ceniza.
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