martes, diciembre 11, 2012

los cactus

Todos los días miro mis cactus.
Pongo una atención exquisita en cada uno de los 21 cactus que tengo, busco los brotes nuevos, miro el estado de la tierra y sus piedritas, busco la espina del color más intenso.
Y todos los días busco una excusa para tocarlos. No pasa nada, no me pinchan, no me dan alergia.
Todos los días me miento.
Luego, al manipular objetos, noto que tengo espinitas incrustadas  Con cada objeto que toco, pinchan y se clavan más. Y allí cuando ya me molestan demasiado, miro mis dedos a trasluz y las saco. Una por una las saco. A veces son muchas, y lo hago con una paciencia de la que siempre me sorprendo.
Pero hay una que es especial. Esa espina se clavó muy profundo (espinita, no logro sacarte, porque, justamente, no quiero hacerlo).

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