sábado, marzo 09, 2013

no tengo la luna en mis manos
ni tengo la luna en mi pecho
ni tampoco tengo la luna en mi garganta ni en mis pies.
no puedo tener la luna, porque es imposible.
sólo puedo saber que existe. que tiene un lado que se muestra. no sé nada del lado que se esconde.
sé que desde la luna miro la tierra, y que la tierra se convierte en mi nuevo cielo.
sé que la luna tiene un amante que habla con los perros, pero con él tampoco puedo hablar. a veces converso con sus mascotas. 
me cuentan que a los dos les gusta el agua. les gusta bañarse de noche con el rocío o con el mar y que les da igual; porque ambos los empapan y son salados, y la sal los deja protegidos con su capa blanca.
me dicen los perros que camine. que no voy a llegar nunca a la luna, pero que hay un camino. que de mientras siga soñando y siga llorando, que a la luna y a su amante les gustan esas cosas. 
yo confío en los perros, 
y en los lobos, y en las arañas, 
y en la noche. 


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